La Escuela Lasallista es una escuela de fraternidad en que se cultivan las virtudes humanas y cristianas que producen óptimos frutos de amistad, lealtad, colaboración,... que perduran a lo largo de los años entre los verdaderos lasallistas y hace que exalumnos, alumnos, padres, profesores y Hermanos nos proclamemos y nos sintamos "Una Gran Familia".
La Escuela Lasallista concede una importancia capital a la PEDAGOGÍA DEL TESTIMONIO. "¡La escuela es el maestro!". Y los valores que transmite y cultiva la escuela son los valores que animan la vida del maestro captados por la extraordinaria sensibilidad de los niños y de los jóvenes. Por eso se pide al maestro lasallista una exigente ética profesional, tanto actitudinal como operativa.
En la Pedagogía Lasallista se destaca, como agente educativo clave, el Profesor Titular o Tutor de curso que se responsabiliza de orientar a los alumnos -personalmente y en grupo-en el proceso de su maduración y de su formación. Su identidad deriva de sus funciones de líder, mentor, consejero y guía.
El maestro lasallista sublima su profesión de educador para hacer del ejercicio de la misma un "sacerdocio". Ministro de la Palabra de Dios, vive y anuncia el Evangelio en la escuela. Por la "evangelización de la inteligencia" (II) induce al joven a realizar en su vida la necesario SÍNTESIS DE LA CULTURA Y DE LA FE.
El hacer educativo adquiere gran relieve para el maestro lasallista al saber que está haciendo la "obra de Dios", que es "ministro de Dios" y "dispensador de sus misterios", nos dice La Salle.
La Escuela Lasallista busca ser el "lugar de encuentro" de la cultura y de la fe para todos los integrantes de la Comunidad Educativa Escolar.
Bibliografía
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