Prestar atención significa poder dirigir la actividad consciente, voluntariamente, hacia un determinado estimulo, ya provenga éste de mundo interior, como del exterior.
Cuando nos referimos a la atención consciente, estamos hablando de atención sostenida y selectiva. Pero también existe otro tipo de atención, denominada espontánea, que es la que se dirige hacia estímulos que los cerebros primitivos consideran importantes para la supervivencia, como lo sería el ruido de una explosión.
Las personas que se distraen con facilidad, sufren del síndrome de Déficit de Atención. No pueden sostener la atención, voluntariamente, por mucho tiempo y son proclives a seguir los caminos trazados por el mecanismo de atención espontánea.
Por esa razón, esos sujetos tienden a ser desordenados, a descuidar su aseo o apariencia personal, a perder cosas en forma reiterada, no poder distinguir lo importante o urgente de lo que no lo es, a no poder concretar planes de largo plazo, y a no cumplir bien con sus obligaciones. Los que conviven con estas personas suelen reprocharles que no pongan interés en las cosas o en los demás, cuando la realidad es que no pueden hacerlo.
Los estudios con escáneres cerebrales, han permitido determinar el origen de la falla que afecta a estos individuos. Se comprobó un bajo nivel de funcionamiento del lóbulo pre frontal derecho, al detectarse que el mismo tenía poco consumo de glucosa.
Esta falla es responsable de una gran dificultad en la integración de los estímulos simultáneos, lo que hace que estos individuos no puedan concentrarse en un conjunto de estímulos. Ellos sólo pueden detenerse en las partes constituyentes del conjunto, que se disputan su atención en forma igualitaria, siendo esta la causa de las frecuentes distracciones que padecen.
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