Ser un profesional excelente significa ser al mismo tiempo competente e
íntegro, y para ello es preciso reunir tres requisitos básicos: estar bien
informado en el ámbito de su profesión, tomar decisiones sensatas en el
ejercicio de la misma, y mostrar los sentimientos morales congruentes con la
actividad que se trate.
Véase un ejemplo:
Un padre está preocupado porque su
hijo corre el riesgo de obtener una baja calificación en las pruebas de acceso
a la universidad y decide buscar ayuda contratando a un profesor particular que
sea lo más competente posible para el objetivo de que su hijo supere con éxito
dichas pruebas; para ello pone a prueba a dos candidatos y descubre que uno de
ellos es muy competente como profesor, pero al mismo tiempo enseña a su hijo
algunas maneras de hacer trampas en los exámenes, mientras que el otro también
resulta ser un buen docente, pero aconseja a su hijo que nunca haga trampas de
ningún tipo: Se puede entender con este ejemplo que se está considerando como
excelente al segundo, y como meramente competente al primero.
¿O tal vez habría que considerar
que el profesor que enseña a mentir a un alumno no puede ser calificado como
competente en su profesión, por más que muestre su valía en todo lo demás?
Merece la pena debatir sobre esta cuestión, pero en general, se considera, que
no es un rasgo de competencia profesional enseñar al alumno “habilidades
inmorales” que pueden poner en peligro su reputación personal y su carrera profesional. “Si se
enseña a alguien a jugar con fuego, se es responsable de acabar chamuscado”.
Un profesional verdaderamente
competente ha de ser moralmente íntegro, con lo cual carece de sentido
distinguir entre competente y excelente.
La excelencia es algo
más que la competencia profesional, porque el profesional excelente reúne en su
actuación habitual la mejor preparación técnica, las mejores intenciones de
hacer el bien con su trabajo y los mejores resultados objetivos posibles. De lo contrario, tal vez se trate de un
profesional competente, pero no merece lo calificativo de excelente.
Referentes
Bibliográficos:
Martínez
Navarro, E. (2010). ¿Qué significa ser un profesional excelente?. En Desclée De
Brouwer S.A. (Ed.) Ética de las
profesiones, (p. 62).
Urduliz: Unijes.
Alumna:
Laura Gaheta Alemán
Licenciatura
en Educación Primaria- Sexto Semestre
Formación
de Valores VI
Docente:
José G. Serna Naranjo
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