Si la vida de famila da a los
niños un sentido básico de quiénes y qué son, también los prepara para un
concepto de grupo y de la vida en grupo que les permite, con el tiempo, hacerse
miembros de una comunidad, un país, un mundo.
Los niños de seis y siete años
han sabido desde hace cierto tiempo que pertenecen a algo llamado “familia”,
pero lo aprendieron en relación con personas de carne y hueso. También están incluidos en el concepto de
familia, la abuela y el abuelo, el tío y la tía, los primos y otros conocidos.
La familia inmediata y la distante se diferencian, pero los únicos reales son
los parientes bien conocidos.
Los niños
también empiezan a percibirse a sí mismos como miembros de grupos más allá de la familia.
Dicen a sabiendas que son negros o blancos, católicos , judíos o protestantes. Todo esto antes de tener una auténtica comprensión de lo
que en realidad significan estas diferencias.
En una época en que la identificación
normal con grupos socialmente constituidos puede convertirse en una aceptación
de la diferencia y de los diversos modos, o bien el sentido del grupo puede excluir a todos los otros grupos. De esta forma, el
crecimiento normal del desarrollo más allá del ego, puede volverse la base de
un prejuicio si los padres no proporcionan a sus hijos una visión de las muchas
agrupaciones de la humanidad, al mismo tiempo que les hacen sentir orgullo de
su propio grupo étnico, racial o religioso.
Alumna: Laura
Gaheta Alemán
Licenciatura
en Educación Primaria - Sexto Semestre
Materia: Formación
Ética y Cívica
Docente: Raúl Alejandro de la Fuente
Padilla.
Referentes
Bibliográficos:
Cohen (1997). De la identidad del ego a la del grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario