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jueves, 13 de diciembre de 2012

La Paz en la historia


El Universo tiene unos 10.000 millones de años, la Tierra unos 4.600 millones de años y la aparición de la vida unos 3.500 millones de años. Aquí se inserta el origen de la Humanidad, en el orden de los primates cuya evolución se ha producido en los últimos 70 millones de años aproximadamente. Nuestra familia zoológica modificó su aparato dental y comenzaron a caminar erguidos. Mejoraron su lenguaje y, por extensión, su desarrollo cerebral. Finalmente, pertenecemos a la subespecie Homo sapiens sapiens.

Nuestra cultura encierra la experiencia que cientos de miles de individuos y grupos han aportado a lo largo de los siglos. En todo este proceso la socialización, la actuación en grupo, es una de las principales características que han asegurado el éxito de la especie. 

Las normas culturales cohesionaban y aseguraban las prácticas individuales y grupales en estos niveles de cooperación, sentido de la colectividad e igualdad.Esta historia ha estado plagada –por suerte– de conflictos. La Historia no existiría sin conflictos, sin que las personas, los grupos y la propia especie, hubieran realizado propuestas distintas ante situaciones similares. Los conflictos son los que permiten que funcione la capacidad adaptativa a situaciones nuevas variables. Por ello, cada situación histórica es fruto de la experiencia de los actores que la conforman (individuos y grupos interrelacionados),con las múltiples variables ofrecidas desde muchos campos del desarrollo humano.

Así, los grupos han ordenado y articulado la satisfacción de sus necesidades a través de la interacción recíproca, la conciencia de grupo, la existencia de objetivos, valores y actividades compartidas, la estabilidad y duración relativa de las mismas, y la identificación social.

Finalmente, es en los procesos de socialización –y «pacificación » diríamos nosotros–, que se producen en cualquier momento histórico, cuando se llega a alcanzar la conciencia de uno mismo, a través del reconocimiento e interiorización de los otros.

En tal sentido, resaltar el papel del altruismo, la solidaridad, y la cooperación, así como otras actitudes (dulzura, ternura, amistad,...), explica gran parte de nuestros comportamientos habituales. Desde esta perspectiva podemos afirmar que las experiencias pacíficas, de
intercambio, cooperación, solidaridad, diplomacia, etc. han sido dominantes en la Historia.

Así pues, cuando los ciudadanos permanecen en éstas, las ciudades llegan a ser más fuertes y más felices; pero sin la concordia ni una ciudad podría ser bien regida ni una casa bien administrada. (Jenofonte, Memorables 4.4.16.1.)

Licenciatura en Psicología Educativa- Quinto Semestre
Materia: Formación en Valores V                   
Docente: José Guadalupe Serna

Referentes Bibliográficos:
Extraído del libro de 
Muñoz, F& López, M. Historia de la Paz. Instituto de la Paz y los Conflictos: Universidad de Granada. Recuperado el 12 de Diciembre del 2012 de

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