Para comprender el concepto de
disciplina Ballesteros y Usano (1964) mencionan dos tipos de disciplina: la coactiva, que consiste en la utilización
de premios y castigos, de manera que pueda controlarse de manera externa
mediante agentes externos, vistos como la autoridad; y la funcional, la cual también es llamada interna puesto que tiene
como principio fomentar la necesidad de disciplina en el individuo, de manera
que desarrolle libertad y autonomía.
El uso de alguno de los tipos de
disciplina depende del docente, sin embargo hay que considerar la disciplina
funcional o interna como aquella que deja beneficios significativos, puesto que
el alumno la forma desde el interior. Para trabajar esta disciplina es
prioritario utilizar el trabajo como instrumento, el cual ha de ser
interesante, deseado por los niños y adaptado a sus posibilidades naturales
(Ballesteros y Usano, 1964).
Asimismo, la disciplina interna exige
la participación cooperativa de los niños, la cual ha de llevar a la autonomía.
Esto se logra, según Ballesteros y Usano (1964) a través de la confianza en
ellos, demostrándola aún cuando se tiene la certeza de que están tratando de
engañar a alguien; cuando el niño percibe esta confianza que se tiene sobre él,
tiende a corregirse a si mismo.
Utilizar la disciplina significa
ayudar al niño a autocontrolarse, es decir, dirigir el beneficio hacia los
alumnos. Esta tarea corresponde también al trabajo con los padres, debido a que
la familia es un factor que influye de manera directa. Por lo tanto, se ha de
procurar tener conversaciones frecuentes con los padres de familia, ya sea de
manera individual o colectiva (Ballesteros y Usano, 1964)
Alumna: Daniela Cazares
Santos
Licenciatura en Educación
Primaria- Séptimo Semestre
Referente
Bibliográfico:
Antología de la Materia Formación
Cívica y Ética en la Escuela Primaria II
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