El autismo no es una enfermedad sino
un síndrome clínico, presente desde los primeros meses de vida y que incluye alteraciones
en conducta, comunicación verbal y no verbal e interacción social y emocional
anómala.
El niño autista habitualmente muestra
un retardo importante en la adquisición del lenguaje, usa las palabras inadecuadamente
y sin un adecuado propósito comunicativo.
El autismo no representa un solo proceso patológico, sino un cortejo
sintomático que puede deberse a diferentes enfermedades. Representa una disfunción de uno o más
sistemas cerebrales, aún no bien identificados y en la mayoría de los casos obedece
a encefalopatía estática. En la mayoría de
los casos los rasgos autistas persisten toda la vida, pero el pronóstico del
trastorno varía desde mínimo o nulo lenguaje y pobres capacidades para la vida
diaria, hasta el logro de grados universitarios y funcionamiento totalmente
independiente.
Manifestaciones
clínicas
Los principales síntomas del autismo
son alteraciones en el comportamiento social, en la comunicación verbal y no
verbal y en el margen de intereses y actividades del niño. Contrario al
concepto que se tenía previamente sobre la falta de ligazón afectiva por parte
de los autistas, extendido aún entre la población médica, los niños autistas pueden
mostrar afecto y tener una adecuada relación afectiva con sus padres o personas
de su entorno. Este hecho debe recalcarse debido a que algunos médicos tienen
la idea de que una adecuada interacción afectiva descarta el diagnóstico de
autismo, lo cual no es cierto.
La alteración del lenguaje es una
piedra angular para el diagnóstico. Todos los niños autistas muestran
alteraciones graves del lenguaje, que pueden abarcar desde una ausencia total
del mismo, pasando por déficits en la comprensión y el uso comunicativo del
lenguaje verbal y la mímica.
Los niños autistas parecen no darse
cuenta de los sentimientos de otras personas y del impacto negativo de su
propia conducta sobre los otros, no son capaces de hacer amigos y de participar
en los juegos con otros niños; a pesar de ello, no parecen afectados por este
aislamiento social. Con respecto al
nivel de inteligencia existen grandes variaciones, que van desde deficiencia
mental profunda hasta inteligencia superior.
Diagnóstico
El diagnóstico de autismo se establece
sobre bases exclusivamente clínicas, no existe hasta la fecha ningún marcador biológico
específico. La combinación de alteraciones del lenguaje, conductas restringidas
y estereotipadas y alteraciones en el contacto social, debería dejar pocas
dudas sobre el diagnóstico, sin embargo, es muy común en la práctica encontrar
niños con un cuadro claro de autismo en el que el diagnóstico no se ha
establecido. Con mucha frecuencia el diagnóstico es Retardo psico-motor simple
o TDAH.
Tratamiento
Hasta ahora, no existe ningún tratamiento
específico o curativo para el autismo. Los tratamientos existentes pueden dividirse
en farmacológicos y psicopedagógicos. Todos
los tratamientos farmacológicos son sintomáticos. Muchos son los fármacos que se han utilizado
en el manejo de esta penosa condición y no existe uno que sea aceptado de forma
unánime o útil en todos los pacientes.
El Haloperidol puede ser útil para
disminuir la impulsividad y agresividad, pero es importante estar atento ante
sus posibles efectos colaterales (tempranos y tardíos como disquinesias, sedación
excesiva, etc.). Se aconseja utilizarlo por periodos cortos o de manera intermitente.
Otros reportes muestran igual eficacia de la Risperidona, pero con menos
efectos secundarios por lo cual este fármaco es actualmente más utilizado. Existen reportes que señalan una elevada
actividad
Pronóstico
El pronóstico varía mucho y hay
pacientes que arrastran toda su vida un severo déficit intelectual, asociado con
alteraciones profundas del lenguaje y la conducta, pero también está demostrado
que un porcentaje importante de pacientes puede mejorar de forma notable y
desarrollar capacidades académicas incluso de nivel universitario. Algunos
autores señalan que hasta 10 a 25% de pacientes pueden tener esta evolución.
Alumna:
Laura Gaheta Alemán
Licenciatura
en Educación Primaria - Séptimo Semestre
Referentes
Bibliográficos:
Rogel,
F. (2004). Autismo. Artículos de Revisión, 2 (141), 143-146.