Existen cuatro formas básicas que ligan la actividad imaginadora o la fantasía con la realidad, las cuales consisten en:
La primer forma: cualquier pensamiento o reflexión fantasioso(a) que seamos capaces de imaginar, no es más que una nueva combinación de elementos tomados de nuestras experiencias que forman parte de la realidad; es decir, la fantasía se construye siempre con materiales tomados del mundo real. Entre más experiencia tengamos o hayamos vivido más acontecimientos, mayor será nuestra imaginación.
La segunda forma: es más compleja y distinta. Es el crear nuevas combinaciones de productos ya preparados de la fantasía y algunos fenómenos complejos de la realidad. Por ejemplo, con algunos estudios o relatos de personajes de la historia nos imaginamos sucesos, acontecimientos o bien creamos imágenes nuevas pero que están fundamentadas sobre algo ya elaborado.
La tercer forma: se manifiesta de dos maneras: por una parte, el sentimiento, la emoción está presente en algunas imágenes; o bien si la emoción o el sentimiento pudiera elegir qué imágenes o ideas dependiendo de su estado de ánimo en ese instante.
La cuarta y última forma: consiste en que nuestra fantasía puede crear algo nuevo que no tenga nada que ver con nuestras experiencias humanas ni tenga semejanza con algún objeto real. Esta fantasía, al tomar una nueva forma (imagen cristalizada) ya convertida en objeto, comienza a ya existir en este mundo y además a influir sobre otros objetos. Aquí vemos como nuestros sentimientos en relación con nuestros pensamientos son capaces de movilizar a la creación humana.
¿Por qué se dice que la imaginación del niño es más pobre que la del adulto?
Porque como bien lo sabemos, el niño tiene muchísimo menos experiencia que una persona adulta. Cuanto más rica sea la experiencia humana, tanto mayor será el material del que dispone esa imaginación.
¿Qué podemos hacer como maestros para facilitar el desarrollo de la imaginación en el niño?
Pienso que nosotros como docentes debemos de ampliar la experiencia de nuestros alumnos con el propósito de darle las bases suficientes para que pueda desarrollar su actividad creadora. Por conclusión, entre más vea, oiga y experimente el niño, mayor será su aprendizaje; y mientras cuente con mayor cantidad de elementos reales, mayor será su capacidad de imaginación.
Algunas actividades que podemos realizar con nuestros alumnos pudieran ser:
· El llevarlo a paseos escolares como museos, empresas, parques de diversiones, etc.
· Mostrarle a través de videos lugares y paisajes que desconoce y tal vez no podrá tener la oportunidad de visitarlos o conocerlos personalmente.
· Realizar junto con ellos ciertas actividades de experimentación en las que pueda realizar él mismo y darse cuenta del resultado del experimento.
· Charlar con ellos acerca de nuestras experiencias como docentes y personas adultas y transmitirles de esta forma un poco más de conocimientos. Etc.
Vigotsky, L. S. (1997), La imaginación y el arte en la infancia (ensayo psicológico), 2ª. ed., México, Fontamara. Educación Artística I. Cuarto Semestre.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario