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viernes, 6 de enero de 2012

¿CÓMO DEBEN SER LOS LÍMITES PARA TUS HIJOS?



Hablábamos en un artículo ante expuesto que muchos padres se enfrentan a un reto importante a la hora de educar a sus hijos: ¿qué límites les ponemos? Pues se trata de poner límites sin que el niño se sienta, humillado, ridiculizado o ignorado.
Como deben ser los limites:
Claros.- Debemos asegurarnos que las entiendan o difícilmente las cumplirán, centrándonos en lo que queremos que haga o deje de hacer, es decir en la conducta, en cuestión, no en la actitud o en la valía del niño Por ejemplo, si el niño nos interrumpe cuando estamos hablando con otra persona habría que decirle "Espera a que termine de hablar" o "No me interrumpas cuando hablo con otra persona", en vez de "No seas pesado" o "Compórtate como un niño mayor".
Concretos.- Es decir ir al grano: A la hora de establecer el horario de llegada a casa de un adolescente habría que concretar, por ejemplo: "Vuelve a casa antes de las 10 p.m." No sería adecuado el mensaje "Vuelve pronto" o "No llegues tarde". Si pensamos que el adolescente puede saltarse la norma sería bueno el recordarle la consecuencia: "Ya sabes que si llegas más tarde de las 10 el próximo sábado no podrás salir".
Cumplidos.- Hay que ser constantes con las normas y consecuentes con las decisiones tomadas: las órdenes que nunca se cumplen, los castigos que olvidamos, etc. provocan una pérdida de autoridad y le confunden.
Consistentes.- Un límite es firme si siempre lleva aparejada la consecuencia. La consistencia es el punto más importante del establecimiento de límites: cuando el niño sabe que siempre sus padres actúan como han acordado, tendrá en cuenta la norma y la respetará.
Artículo tomado de:
Lic. en Psicología Maria Elena Vargas .
Terapeuta Responsable de Grupo. Centro Educativo Neurocom.
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA.

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