Esta es una difícil realidad a la que nos enfrentamos muchos padres de familia, creer que nuestro hijo no es capaz de aprender, nos lo han dicho los maestros, los vecinos, los amigos y los familiares, frases como: ¡Tu hijo es burro!, ¡No le puedo enseñar nada! O peor aún, ¡deberías sacarlo de la escuela! ¡Ponlo a trabajar, porque para la escuela no sirve! Se van repitiendo continuamente, lastimando nuestra percepción y la autoestima del chico si éste llega a escucharlas. Si a lo anterior sumamos que su rendimiento escolar es bajo, tenemos confirmado nuestro diagnóstico, nuestro hijo no es inteligente.
Sin embargo ¿Qué tanta verdad se encierra en estas frases? ¿Será cierto que nuestros hijos son incapaces de aprender?, veámoslo desde otra perspectiva.
Generalmente los padres de familia hemos visto que si bien nuestros hijos obtienen bajas calificaciones en la escuela, son capaces de sorprendernos en muchas otras actividades, por ejemplo al tocar un instrumento musical, reparar un motor, al expresar una idea, al acomodar un mueble, al observar la naturaleza, etcétera. Nosotros, los padres, observamos esto y muchas veces les damos poca importancia, a pesar de ello, como veremos a continuación, deberíamos de prestar un poco más de cuidado en ello.
Hoy en día se ha descubierto que los seres humanos tenemos no una, sino múltiples inteligencias, es decir, que no todos procesamos el conocimiento de la misma manera, ni le damos la misma importancia a las cosas. Por ello es conveniente que los padres de familia conozcamos de nuestros hijos el tipo de inteligencia que tienen, a fin de que éstos puedan desarrollarla y afinar cada vez en mayor medida.
El presupuesto básico es que pensemos que nuestros hijos NO SON INTELIGENTES, sino que por el contrario no hemos sabido descubrir la inteligencia que tienen, y por ello nos hemos enfrentado a pensar que son incapaces de aprender, pero esto no es una realidad.
Bibliografía
LIC.PSICOLOGÍA EDUCATIVA
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